Un enfoque equivocado en las Políticas Públicas
Desde que la Concertación llego al poder, inició un proceso de generación de Políticas Públicas de acuerdo a la visión de país que deseaban instaurar. Aunque en un principio se planteo con fuerza lo necesario de un cambio en el modelo implantado por el gobierno militar, los cambios fueron minoritarios incluso imperceptibles. Dentro de este escenario de la Economía Social de Mercado, las reformas en las más diversas áreas se publicitaron e instauraron con promesas de cambios reales en la percepción que la ciudadanía tenia sobre sus problemas cotidianos.
Si bien se debe reconocer -y seria absurdo no hacerlo- en la Concertación existen técnicos suficientemente capacitados, con estudios en las más prestigiosas universidades a nivel mundial. Pero el problema no radica en la habilidad de manejar conocimiento, sino en aplicarlo y en cómo se aplica. Este es el punto que nos diferencia con la Concertación, al momento de ver cuales son los problemas que afectan a la sociedad, la Concertación tiende a agruparlos y a entenderlos como un todo, olvidando que apuntan a personas. Son tecnócratas solucionando el mundo desde su torre de marfil.
Un ejemplo claro es el Transantiago, el cual prometía ser una revolución del transporte capitalino. Con promesas de comodidad, rapidez y menores niveles de contaminación, se prometió un transporte moderno, comparable al transporte publico de nivel mundial, que sólo logro ser el mayor fracaso en la implementación de una Política Publica conocido en Chile. El problema estuvo desde su formulación, un plan de transportes alejado de la opinión y situación de los actores que la afectaban, principalmente de los usuarios; un plan de transporte formulado bajo cuatro paredes sin ningún contacto con la realidad. En esta formulación estuvieron profesionales expertos en las principales áreas, pero que olvidan que no están trabajando con cifras, sino con personas y que ellas son el objetivo principal al momento de buscar una solución.
Sumado a esto existen trabas ideológicas al momento de buscar posibles soluciones, así se piensa en quitar la libertad de educación, se mantiene EFE en manos del Estado, o se busca como limitar la libertad del mercado. Nos enfrentamos a tecnócratas soberbios dueños de la verdad, que dan alardes de superioridad intelectual; que prefieren la confiabilidad de las cifras, en casos donde sólo se necesita sentido común. Si lo vemos en el presente ¿Dónde están las promesas de un Gobierno Ciudadano, si no se toma en cuenta a las personas al momento de tomar decisiones que la afectan directamente?.
Esta es la gran diferenciación que posee la Alianza con la Concertación, nuestro enfoque no debe desvirtuarse de las personas, del contacto directo, de conocer sus problemas cotidianos. Es que una solución a una problemática no es satisfactoria logrando el sesenta por ciento de éxito, sino cuando logramos una satisfacción en su totalidad. Es que no se soluciona solamente con saber cuales son los problemas que la afectan, sino en hacerlas parte del proceso, desde su fase de formulación, hasta su ejecución y seguimiento. La Política Publica debe nacer de su propia realidad, y deben sentir que son parte vital de su éxito.
Es por esta razón que se debe actuar con firmeza al momento de fiscalizar cómo son ocupados los fondos públicos, y cuales son los resultados obtenidos. Ya no pueden existir Políticas Públicas que se transformen en barriles sin fondo, que absorban más y más recursos de todos los chilenos, por el mero capricho de mantener en pie promesas que generen resultados de popularidad, y no reales soluciones, o por el solo hecho de profesionales que no den cabida a una mejor opción que no sea la que ellos profesan.
Desde que la Concertación llego al poder, inició un proceso de generación de Políticas Públicas de acuerdo a la visión de país que deseaban instaurar. Aunque en un principio se planteo con fuerza lo necesario de un cambio en el modelo implantado por el gobierno militar, los cambios fueron minoritarios incluso imperceptibles. Dentro de este escenario de la Economía Social de Mercado, las reformas en las más diversas áreas se publicitaron e instauraron con promesas de cambios reales en la percepción que la ciudadanía tenia sobre sus problemas cotidianos.
Si bien se debe reconocer -y seria absurdo no hacerlo- en la Concertación existen técnicos suficientemente capacitados, con estudios en las más prestigiosas universidades a nivel mundial. Pero el problema no radica en la habilidad de manejar conocimiento, sino en aplicarlo y en cómo se aplica. Este es el punto que nos diferencia con la Concertación, al momento de ver cuales son los problemas que afectan a la sociedad, la Concertación tiende a agruparlos y a entenderlos como un todo, olvidando que apuntan a personas. Son tecnócratas solucionando el mundo desde su torre de marfil.
Un ejemplo claro es el Transantiago, el cual prometía ser una revolución del transporte capitalino. Con promesas de comodidad, rapidez y menores niveles de contaminación, se prometió un transporte moderno, comparable al transporte publico de nivel mundial, que sólo logro ser el mayor fracaso en la implementación de una Política Publica conocido en Chile. El problema estuvo desde su formulación, un plan de transportes alejado de la opinión y situación de los actores que la afectaban, principalmente de los usuarios; un plan de transporte formulado bajo cuatro paredes sin ningún contacto con la realidad. En esta formulación estuvieron profesionales expertos en las principales áreas, pero que olvidan que no están trabajando con cifras, sino con personas y que ellas son el objetivo principal al momento de buscar una solución.
Sumado a esto existen trabas ideológicas al momento de buscar posibles soluciones, así se piensa en quitar la libertad de educación, se mantiene EFE en manos del Estado, o se busca como limitar la libertad del mercado. Nos enfrentamos a tecnócratas soberbios dueños de la verdad, que dan alardes de superioridad intelectual; que prefieren la confiabilidad de las cifras, en casos donde sólo se necesita sentido común. Si lo vemos en el presente ¿Dónde están las promesas de un Gobierno Ciudadano, si no se toma en cuenta a las personas al momento de tomar decisiones que la afectan directamente?.
Esta es la gran diferenciación que posee la Alianza con la Concertación, nuestro enfoque no debe desvirtuarse de las personas, del contacto directo, de conocer sus problemas cotidianos. Es que una solución a una problemática no es satisfactoria logrando el sesenta por ciento de éxito, sino cuando logramos una satisfacción en su totalidad. Es que no se soluciona solamente con saber cuales son los problemas que la afectan, sino en hacerlas parte del proceso, desde su fase de formulación, hasta su ejecución y seguimiento. La Política Publica debe nacer de su propia realidad, y deben sentir que son parte vital de su éxito.
Es por esta razón que se debe actuar con firmeza al momento de fiscalizar cómo son ocupados los fondos públicos, y cuales son los resultados obtenidos. Ya no pueden existir Políticas Públicas que se transformen en barriles sin fondo, que absorban más y más recursos de todos los chilenos, por el mero capricho de mantener en pie promesas que generen resultados de popularidad, y no reales soluciones, o por el solo hecho de profesionales que no den cabida a una mejor opción que no sea la que ellos profesan.
2 comentarios:
y ahora quien sabe que pasara con la "pildora"... el tema de EFE lo conosco de manera cercana y que mal en serio es ver como las maquinas se deterioran por el casi no uso de estas y ademas de cuanto se quebro la ilusion de las personas de lugares que esperaban elevar su calidad de vida.
Ahora con TranSantiago creo falta mayor fiscalizacion porque si bien la implementacion no fue la adecuada se puede mejorar con mejor fiscalizacion a las empresas que proveen el servicio en las comunas que han sido mayormente afectadas.
Hola muy interesante tu articulo. Vivo en México y me llamo la atención. Espero aun contestes los mensajes del blog. Saludos desde tierras aztecas.
MAR
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